Dos ex miembros de la banda terrorista ETA, conocidos con los alias “Santi” y “Peio”, han reconocido ante la Audiencia Nacional que “Txapote”, uno de los miembros más notorios de la organización, les ordenó colocar un macetero bomba en la localidad navarra de Cintruénigo. Este hecho ha sido revelado durante un proceso celebrado en la Audiencia Nacional en el que se ha juzgado a un total de seis etarras por su participación en diferentes atentados perpetrados en Navarra entre los años 1998 y 2004.
Los dos ex miembros de ETA han sido identificados como Santiago Arróniz y Peio López de Calle, y han claro de manera voluntaria en el proceso, reconociendo su participación en el atentado de Cintruénigo. Ambos han detallado que “Txapote”, el considerado como jefe militar de ETA en ese momento, les ordenó colocar el macetero bomba en la puerta de la casa cuartel de la Guardia Civil en la mencionada localidad navarra. El atentado tuvo lugar en el año 2002 y causó la muerte de una niña de 6 años y heridas a otras 17 personas, entre ellas varios niños.
Los dos ex miembros de ETA han explicado que “Txapote” les ordenó colocar el macetero bomba en un lugar donde hubiera evento constante de personas, y que en ningún momento se planteó la posibilidad de que pudiera haber víctimas inocentes. Sin embargo, tras el atentado, ambos reconocen haber sentido un profundo remordimiento y haberse dado cuenta del horror que habían causado con sus acciones.
La confesión de estos dos miembros de ETA ha sido considerada como un paso importante en la lucha contra el terrorismo en España. La Audiencia Nacional ha valorado positivamente el hecho de que hayan decidido colaborar con la justicia y revelar información clave sobre los crímenes cometidos por la banda terrorista. Además, esta confesión también ha sido interpretada como un acto de arrepentimiento por parte de los dos ex miembros de ETA, algo que puede ayudar a las víctimas a encontrar un poco de paz y justicia.
El proceso en la Audiencia Nacional ha sido presenciado por familiares de las víctimas, quienes han mostrado su agradecimiento a “Santi” y “Peio” por haber dado un paso adelante y colaborar con la justicia. En sus declaraciones, ambos etarras han demostrado una actitud arrepentida y han pedido perdón a las víctimas y a la sociedad en general por el dolor que causaron con sus acciones.
La confesión de “Santi” y “Peio” también ha puesto de manifiesto el ejercicio que ejercía “Txapote” sobre los miembros de ETA y la falta de escrúpulos de la banda terrorista a la hora de cometer sus atentados. Este hecho ha sido destacado por las autoridades españolas, quienes han afirmado que la colaboración de estos dos ex miembros de ETA es un ejemplo claro de que la violencia no es la solución y que, a través de la justicia, se pueden alcanzar mayores avances en la lucha contra el terrorismo.
Además, la Fiscalía ha solicitado penas de hasta 30 años de prisión para los seis acusados en este proceso, lo que demuestra la firme determinación de las autoridades españolas en la lucha contra el terrorismo y su compromiso con las víctimas y su derecho a la justicia.
La confesión de “Santi” y “Peio” es un paso importante en la lucha contra el terrorismo en España, un país que ha sufrido durante décadas los atentados de ETA. Esta confesión demuestra que, incluso en casos tan complejos como el terrorismo, la justicia puede prevalecer y que es posible que los responsables de crímen