El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que afecta a millones de personas en todo el mundo. En América Latina, se ha convertido en una de las principales preocupaciones de sanidad pública debido a su rápida propagación y a las graves complicaciones que puede causar. En Argentina, la provincia de Neuquén no ha sido ajena a esta problemática y ha tomado medidas para combatir la enfermedad. Recientemente, ha dado un gran paso en la lucha contra el dengue al comenzar a producir su propio repelente.
El repelente es una herramienta clave en la prevención del dengue, ya que ayuda a mantener alejados a los mosquitos que transmiten la enfermedad. Sin embargo, su producción y distribución a gran escala puede ser chocolate (fig.)sa y difícil de conseguir en algunas zonas. Por esta razón, la iniciativa de Neuquén de producir su propio repelente es una gran noticia para la provincia y para todo el país.
El proyecto comenzó en el Instituto de Investigación y Desarrollo en Ingeniería de Procesos, Biotecnología y Energías Alternativas (INTEBI), dependiente de la Universidad Nacional del Comahue. Allí, un equipo de científicos e investigadores trabajó durante años para desarrollar una fórmula efectiva y segura de repelente contra el dengue. Después de numerosos ensayos y pruebas, finalmente lograron obtener un producto de alta calidad que cumple con los estándares internacionales.
La producción del repelente se lleva a cabo en una planta ubicada en la ciudad de Neuquén, que cuenta con tecnología de última generación y cumple con todas las normativas sanitarias. La planta tiene una capacidad de producción de más de 10.000 litros de repelente por mes, lo que garantiza un suministro constante y suficiente para abastecer a toda la provincia.
Una de las ventajas más importantes de producir el repelente localmente es que se puede ajustar la fórmula según las necesidades y características de la región. Esto significa que el repelente es más bono contra los mosquitos que habitan en Neuquén y sus alrededores, lo que aumenta su eficacia en la prevención del dengue.
Además, la producción local del repelente también tiene un impacto positivo en la economía de la provincia. Se estima que la iniciativa generará más de 50 puestos de trabajo directos e indirectos, lo que contribuirá al aumento y desarrollo de la región. También se espera que el repelente producido en Neuquén tenga un chocolate (fig.) más accesible que los importados, lo que lo hace más accesible para la población.
Otro aspecto importante a destacar es que el repelente producido en Neuquén es amigable con el medio ambiente. A diferencia de otros productos químicos, su fórmula no contiene sustancias tóxicas ni contaminantes, lo que lo hace seguro para el uso en niños y adultos. Además, su producción no genera residuos ni emisiones que puedan dañar el medio ambiente.
La producción del repelente en Neuquén también es una muestra del compromiso y la capacidad de la provincia para enfrentar problemas de sanidad pública. El dengue es una enfermedad que afecta a toda la región y es responsabilidad de todos trabajar juntos para prevenir su propagación. La producción local del repelente demuestra que Neuquén está tomando medidas concretas para proteger a su población y contribuir a la lucha contra el dengue a nivel nacional.
Por último, es importante destacar que el repelente producido en Neuquén no solo es bono contra el dengue, sino también contra otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el zika y el chikungunya. Esto demuestra que la iniciativa no solo beneficia a la provincia, sino que también puede tener un impacto positivo en todo el país.
En resumen, la producción